Corrían los años, España
había encontrado un nuevo mundo, el continente americano, y con él, nuevas
cosas interesantes que servirían para hacerse de un gran capital, los países
europeos, no dudaron en colonizar el
nuevo territorio, y así nuevas personas llegaban a México – Tenochtitlán, con
ellas la nueva religión, ahora el trabajo de los evangelizadores seria
convertir al pueblo al cristianismo, fue así como se fundaron Villas y Ciudades,
poblaciones bien establecidas, con una buena organización, y lo que
anteriormente se llamo Tenochtitlán, ahora seria Nueva España, entre sus poblaciones, se fundó
una de gran importancia, famosa por el gran oro rojo, la grana cochinilla, el 14 de septiembre de 1526 se recibe la
autorización para poder considerar a esta naciente población como “Villa” y el
24 de junio de 1528 la población consiguió el título de “Villa de Antequera de
Guaxaca”, lo anterior porque el terreno de la Villa les pareció a los
conquistadores muy parecido a Antequera España.
El 25 de abril de 1532 recibió el título de Ciudad por Cedula Real
firmada en Medina de Ocampo España, por el Rey Carlos V, así se fundó la ciudad
de Oaxaca, a la cual llegaron
Carmelitas, Agustinos, Dominicos, Jesuitas y Mercedarios, quienes fueron
los encargados de transmitir el mensaje de su Dios. Construyeron sus templos,
evangelizaron y fundaron poblaciones, en 1587 siendo Alcalde Don Juan Renjito
del Puerto de Huatulco en costas oaxaqueñas, se produjo´ el arribo del pirata inglés
Thomas Cavendish, quien asalto´ el puerto, ordeno´ arrasar e incendiar el puerto, al
final, lo único que quedo´ en pie, fue una gran Cruz, dice la tradición de los
pobladores, fue plantada hace 2000 años por un hombre de túnica blanca, y barbas
largas, quien dicen hablaba lengua mixteca, pasaba el tiempo haciendo oración,
dicen que era Jesucristo, pues traía la Cruz cargando sobre sus hombros, Thomas Cavendish ordeno´ arrasarla con hachas, pero las hachas
se hacían pedazos, y a la cruz no le pasaba nada, intento aserrarla pero sin conseguirlo
mando
a atarla con fuertes cables a su embarcación, para derribarla, pareciera que la cruz recibía
una milagrosa protección, Thomas mando incendiarla untándole alquitrán y brea,
sin resultados quedo vencido.
Conforme pasaba el tiempo la
devoción a la milagrosa Cruz crecía, peregrinos de diferentes lugares venían a
venerarla, pero con el tiempo astilla por astilla se fue perdiendo, la cruz
estaba perdiendo su grosor, causaba admiración y respeto pues pese a los grandes
ventarrones y vientos de la playa, se sostenía sobre su delgado cuerpo.
Más tarde, en 1895 el Arzobispo de Oaxaca, Don Eulogio
Gillow, mando´ a sustituir la cruz
original por otra nueva en el mismo lugar en el que había estado la primera,
esta´ es la que se conserva hasta la fecha. La original se dividió en varios
fragmentos, una pequeña Cruz está en una capilla de la Catedral de Oaxaca, y
otra se envió al Vaticano con el Santo Papa. El puerto actualmente se llama
Santa Cruz Huatulco, Santa Cruz en honor a la milagrosa Cruz que no pudo ser
derribada por la maldad, y Huatulco significa “lugar donde se venera el madero”.
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