domingo, 25 de noviembre de 2012

Leyenda: La cruz de Huatulco.



Corrían los años, España había encontrado un nuevo mundo, el continente americano, y con él, nuevas cosas interesantes que servirían para hacerse de un gran capital, los países europeos, no dudaron en colonizar  el nuevo territorio, y así nuevas personas llegaban a México – Tenochtitlán, con ellas la nueva religión, ahora el trabajo de los evangelizadores seria convertir al pueblo al cristianismo, fue así como se fundaron Villas y Ciudades, poblaciones bien establecidas, con una buena organización, y lo que anteriormente se llamo Tenochtitlán, ahora seria  Nueva España, entre sus poblaciones, se fundó una de gran importancia, famosa por el gran oro rojo, la grana cochinilla,  el 14 de septiembre de 1526 se recibe la autorización para poder considerar a esta naciente población como “Villa” y el 24 de junio de 1528 la población consiguió el título de “Villa de Antequera de Guaxaca”, lo anterior porque el terreno de la Villa les pareció a los conquistadores muy parecido a Antequera España.  El 25 de abril de 1532 recibió el título de Ciudad por Cedula Real firmada en Medina de Ocampo España, por el Rey Carlos V, así se fundó la ciudad de Oaxaca, a la cual llegaron  Carmelitas, Agustinos, Dominicos, Jesuitas y Mercedarios, quienes fueron los encargados de transmitir el mensaje de su Dios. Construyeron sus templos, evangelizaron y fundaron poblaciones, en 1587 siendo Alcalde Don Juan Renjito del Puerto de Huatulco en costas oaxaqueñas, se produjo´ el arribo del pirata inglés Thomas Cavendish, quien asalto´ el puerto,  ordeno´ arrasar e incendiar el puerto, al final, lo único que quedo´ en pie, fue una gran Cruz, dice la tradición de los pobladores, fue plantada hace 2000 años por un hombre de túnica blanca, y barbas largas, quien dicen hablaba lengua mixteca, pasaba el tiempo haciendo oración, dicen que era Jesucristo, pues traía la Cruz cargando  sobre sus hombros,  Thomas Cavendish  ordeno´ arrasarla con hachas, pero las hachas se hacían pedazos, y a la cruz no le pasaba nada, intento aserrarla pero sin conseguirlo  mando  a atarla con fuertes cables a su embarcación,  para derribarla, pareciera que la cruz recibía una milagrosa protección, Thomas mando incendiarla untándole alquitrán y brea, sin resultados quedo vencido.
Conforme pasaba el tiempo la devoción a la milagrosa Cruz crecía, peregrinos de diferentes lugares venían a venerarla, pero con el tiempo astilla por astilla se fue perdiendo, la cruz estaba perdiendo su grosor, causaba admiración y respeto pues pese a los grandes ventarrones y vientos de la playa, se sostenía sobre su delgado cuerpo.
Más tarde, en 1895  el Arzobispo de Oaxaca, Don Eulogio Gillow,   mando´ a sustituir la cruz original por otra nueva en el mismo lugar en el que había estado la primera, esta´ es la que se conserva hasta la fecha. La original se dividió en varios fragmentos, una pequeña Cruz está en una capilla de la Catedral de Oaxaca, y otra se envió al Vaticano con el Santo Papa. El puerto actualmente se llama Santa Cruz Huatulco, Santa Cruz en honor a la milagrosa Cruz que no pudo ser derribada por la maldad, y Huatulco significa “lugar donde se venera el madero”.

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