Cierto día sus papás se habían disgustado por algo y la mamá
se había ido dejándolas con su papá, otro señor igual de penoso que les tenía
prohibido a las niñas hablar con nadie; situación que a ellas no les molestaba
pues su timidez, hacia que corrieran a esconderse bajo la mesa de su cocina
cuando alguien iba a su casa.
Un día el señor llegó a
su casa y las encontró llorando mucho y únicamente las regaño por
lloronas y no le importo el motivo de sus llantos; así sucedió varios días
hasta que el papá por fin tuvo la paciencia de preguntar que tenían; que les
sucedía; desde hacia mucho tiempo que siempre las encontraba llorando y
escondidas, ¿alguien les hizo algo?, ¿les paso algo?...
Por fin las pequeñas asustadísimas y medio muertas del
miedo, logaron, entre llantos decirle a su papá lo sucedido:
-“Es que se nos está apareciendo un anima”
_ El señor medio incrédulo les dijo:
-pregúntale como se llama y que quiere.
Ellas lo hicieron y contestaron a su padre:
_ “El ánima dice que en vida usted la conoció en una
kermesse y que habían bailado y que ella le había puesto una rosa en una bolsa
de su saco.”
El señor dijo no recordar nada y les pidió que si volvían a
verla le preguntaran más datos. Y así fue, volvió a aparecerse y les dijo:
-“Díganle a su papá que se acuerde de mi, coméntenle que yo
era nieta de un señor que él conocía, y que necesito de su ayuda para poder
descansar en paz, necesito que vayan a la cueva
“del corta pico” y busquen las cincuenta cargas de oro que mi abuelo
dejo enterradas, solo que necesito que se apresuren ya que hay otros 50
matrimonios mas que también lo están buscando, el problema es que esas personas
quieren ese tesoro por tener mayor poder y riqueza, pero en realidad no lo
necesitan. “
Los días pasaron y las niñas no lograban convencer a su
padre de que tenían que ir a la cueva “del corta pico” a buscar las cargas de
oro, hasta que un día su padre harto de tanta insistencia por parte de las
niñas accedió a ir solo por pura curiosidad.
Llegaron a la cueva “del corta pico” un domingo por la
tarde, pero tal parece que ya era demasiado tarde, ya que todos los matrimonios
ya estaban ahí cada uno escavando por diferentes lados de la cueva, las niñas
le dijeron a su padre que tenía que apresurarse a excavar ya que sus
posibilidades de encontrar el oro cada vez eran menores. El padre hizo caso y
se puso a excavar, mientras tanto las niñas oyeron que el ánima las llamaba otra vez, y les dijo:
-“Niñas quiero que le digan a todos que comiencen a rezar
con mucha fuerza, y que sigan cavando, que ya están muy cerca.”
Las niñas dieron el mensaje a todos los que estaban
presentes, la mayoría las tomo de locas y mejor decidieron irse, pero los demás
siguieron las instrucciones al pie de la letra. Tiempo más tarde se comenzaron
a retirar cada vez más personas, por diferentes causas, cansancio,
desesperación, enojo etc. y solo llegaron a quedar las pequeñas niñas, su papá
y otro matrimonio, y fue entonces cuando Elvira, el ánima se les apareció, y
les dijo:
Después de esto nunca nadie volvió a hablar del suceso, pero hoy en día si llegas a pasar por aquella
cueva lograras ver entre las 2 y 3 am a alguien sentada en una roca, supongo
que será Elvira.
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